¿Cómo analiza este momento que vive la industria y qué oportunidades ve para el marcado satelital?
-A pesar de que está pasando por una época muy disruptiva, en el área de satélite el mercado está un poco más estable. SET Expo ha sido y muy interesante y ha puesto sobre la mesa algunas cuestiones interesantes para analizar. Alguien en la apertura expresó que el broadcast no morirá y la verdad es que me pareció extraño que alguien tuviera esa duda. Creo que, a veces, reaccionamos fuerte ante la novedad, pero eso no significa que lo existente vaya a desaparecer, en todo caso se transformará. Por ejemplo, aquí en Brasil se habla mucho de la TV 3.0 y esto para nosotros está en línea con inversiones en transmisión para video en DVB, IP, nativo. Es una convergencia inevitable que, incluso, diría que se está algo demorada. Es un proceso migratorio en el que las ideas aparecen y a veces los costos de los equipamientos y de su implementación no permiten avanzar; y en otros momentos, el costo-beneficio hace sentido. Hoy por hoy, está en marcha y creo que el satélite puede contribuir mucho a ese proceso.
En la estrategia de SES, va a ser una migración natural y planeada de lineal a IP, y buscar expandir el alcance. En este sentido, aquí en Brasil analizamos la posibilidad de adquirir el negocio de Oi TV, pero finalmente quedó fuera del core de nuestra estrategia. Era un momento, una oportunidad y una situación en particular. Oi es nuestro gran cliente en el mercado brasileño. Desafortunadamente, no por los satélites, sino por otros motivos ellos están dejando ese mercado, pero aún es una operación bastante interesante y lucrativa, con un millón de antenas. Oi hace tiempo que dejó de hacer marketing, no vendía y aun así continúa manteniendo la base, lo que muestra que la recepción del satélite directo aún tiene un mercado fuerte en Brasil. Esto también fue comprobado con la migración de TVRO de la Banda C a la Banda KU, donde Claro tiene un gran éxito gigantesco, con más de diez millones de antenas, donde una parte fue subsidiada por el gobierno, pero la mayoría de las personas están comprando la caja para instalar en sus casos. Todo el mundo habla del streaming, pero ahí están recibiendo TV lineal vía satélite, que aún es televisión. Y aquí en Brasil, muy especialmente, la televisión abierta siempre fue y es muy fuerte.
Volviendo al eje de tu pregunta, está claro que la industria está experimentando muchos cambios que han llegado de la mano de la digitalización, la interactividad y la multiplicidad de canales que han provocado cierta democratización del contenido. Un buen ejemplo de todos estos cambios es el fenómeno de CazéTV. Entonces sí, es un cambio, pero no asusta; por el contrario, creo que abre nuevas oportunidades para que podamos cumplir nuestra misión de llevar televisión a todos los brasileños.
Recién mencionaba que el satélite puede contribuir a este proceso migratorio hacia la TV 3.0. ¿De qué manera?
-Indudablemente, la TV 3.0 es el camino natural de evolución y constituye un gran desafío. En este marco, el satélite puede aportar en la entrega de video, tanto por uso directo o mediante la distribución local de contenidos. Es por ello por lo que también estamos cambiando un poco el perfil, migrando definitivamente de la Banda C para la Banda KU, aun reconociendo la existencia de alguna que otra área con Banda KA; pero, indudablemente, SES está avanzando con su constelación MEO (por sus siglas en inglés, Medium Earth Orbit). Estoy seguro de que, de alguna forma, el satélite siempre va a estar dentro de la red de distribución de contenido por su característica de alcance nacional, multicast, y la relación cada vez mayor con más servicios dentro de la cadena de distribución del video. Entonces, tendremos que elegir algunas áreas donde actuar más fuertemente. Hasta hoy tenemos infraestructuras de telepuertos, fibra óptica, etc.; pero todo va a evolucionar conforme a los padrones de una televisión que será más interactiva. Y en este sentido, el desafío para el satélite es el canal de retorno; no obstante, aunque no sea de muy buena calidad para el video, la buena penetración de la banda ancha puede permitir ese canal de retorno y otras tantas posibilidades que van a seguir requiriendo del uso del satélite en la distribución de video.
Ante este panorama, ¿cuáles son los principales cambios y retos para las empresas satelitales?
-Lo que ha cambiado es que no competimos tanto entre nosotros sino más bien con la ampliación de la capilaridad de las redes terrestres y de fibra. Dicho esto, creo que uno de los desafíos más importantes siempre son los costos. Es algo fundamental para cualquiera de las soluciones porque para llevar conectividad o contenidos televisivos hacia a un área remota de cualquier país, por dar un ejemplo, nunca puede ser más caro que prestar el mismo servicio en un gran centro urbano. De lo contrario, será imposible que el proyecto sea viable porque, incluso, es probable que el poder adquisitivo de ese consumidor local sea menor. Y no comprará caro porque yo tengo una infraestructura más cara. Cuando tienes un gran centro, una gran concentración, el volumen ayuda mucho a bajar el costo. El reto, entonces, es alcanzar costos que sean competitivos para dar transparencia a los clientes.
Y en América Latina, ¿cómo están los negocios de la compañía?
-América Latina es un mercado donde hay muchas oportunidades, especialmente debido a que los gobiernos se están observando a los satélites como una alternativa estratégica para sus planes nacionales, que incluyen canales sociales y educativos, como para no quedar tan dependientes de los contenidos más globales. Esto es algo que los satélites consiguen, trabajando regionalmente mediante asociaciones en cada país.
¿De qué manera impacta en SES la adquisición de Intelsat en el día a día de las operaciones?
-La verdad es aún que no se percibe como algo concreto porque la transacción todavía está en medio del proceso de aprobación. Entonces, en este momento, no trabajamos juntos. Yo no sé nada de lo que está pasando allá, y ellos no saben nada de lo que está pasando aquí. Seguramente la empresa ya estará pensando cómo será el futuro, en caso de que la operación sea confirmada. Personalmente, no espero grandes cambios; pero tengo la seguridad que va a ser muy bueno para los clientes porque al juntarse dos grandes habrá más volumen y aumentará la capacidad de entrega. Es una muy buena alternativa para conseguir ser más competitivos en todas las regiones, algo que no es para nada sencillo.
Ahora lo importante es no perder el foco de nuestros objetivos para este año y para el inicio del año entrante. Después de la aprobación, tendremos una empresa mayor; pero creo que no va a cambiar tanto nuestra operación. Al menos, para América Latina, no veo grandes alteraciones.